.Sonia es artista. Mientras la maquillan solo puede pensar; debe estar relajada para que la maquilladora haga bien su trabajo; y se pregunta por qué hay personas que endiosan a los artistas, cuando en realidad son seres humanos, con sus ventajas y sus desventajas, sus virtudes y sus vicios, sus defectos, sus pasiones…
Una vez vio en la televisión a un escritor, del que solía leer y releer sus libros, y resultó ser, además, cazador. Odiaba a los cazadores; así que dejó de leerlo. También le resultaba difícil abstraerse de la vida de un músico al escucharlo, si le conocía personalmente. Quizá era mejor no conocerlo, y trataba de imaginarse cómo eran esas sensaciones para una persona normal y corriente; si la decepción era tan grande como para bajar definitivamente de su pedestal al artista.
Era artista de circo. Hoy en día se había logrado incluir en el saco de los artistas al artista de circo; tenían que moverse con la soltura de una bailarina y sus gestos eran muy estudiados, acompañados de música y movimientos acordes con la melodía, como la gimnasia rítmica o el patinaje artístico. Empezó con el trapecio, pero ahora solo lo utilizaba para practicar movimientos y reflejos en altura; su número lo compartía con dos compañeras de la misma estatura y peso y consistía en trepar por una ancha cinta y ejercitar movimientos enredándose con la tela, hacer nudos especiales y dejarse caer hasta quedar colgadas por la cintura a un metro escaso del suelo, volver subir, giros, figuras…
Antonio es su marido y su representante, además de representar temporalmente a las otras dos chicas junto a las cuales ejecuta el ejercicio. Fue un gran artista hasta sufrir un accidente que le dejó medio dormido un brazo, pero lejos de traumatizarse se dedicó al entrenamiento de artistas y a representarlas. De esa manera, nunca abandonó el espectáculo, y parecía feliz.
Ese día Sonia parecía resuelta a tomar una decisión importante; se la veía pensativa pero decidida, y solo la faltaba encontrar el momento adecuado. Faltaban pocos minutos para comenzar su actuación en un teatro local y regresaba de la sala de maquillaje; su marido salía en ese momento del camerino de una de sus compañeras y se miraron, sonrieron y entraron en el camerino de Sonia.
- ¿Hiciste el zumo? – preguntó Antonio.
- Si, está en la nevera.
Antonio abre la nevera y saca de ella una jarra con zumo, llena tres vasos altos y los coloca en una bandeja. Cuando va a salir del camerino, Sonia le pregunta:
- Antonio, ¿me quieres?
- ¡Claro! – responde Antonio haciéndose el sorprendido- ¿Qué pregunta es esa?
- Y a las otras, ¿También las quieres?
- Vamos; deja eso de una vez y prepárate. Falta poco.
Con gesto de fastidio sale del camerino y deja la bandeja en una mesita cerca del lugar por donde saldrán las chicas al escenario. El zumo lo toman para hidratarse justo antes de la función, y esto forma parte de la rutina habitual. Las chicas salen de su camerino y se acercan a la mesita; cada una de ellas coge un vaso y lo beben, incluso una de ellas hace un gesto de aprobación por el buen sabor conseguido en el zumo. Se limpian los labios y salen al escenario.
El telón está aún bajado ya que el espectáculo comienza con las chicas ya subidas a unos siete metros de altura. Trepan por las cintas, se enrollan en ellas y preparan los nudos que las sujetarán cerca del suelo. Cuando están listas, hacen una seña para que comience la música y suban el telón, y es en ese momento cuando las dos chicas se miran con una mano en el vientre y observan asustadas a Sonia ; ella sonríe, aunque su estómago también se contrae y sus ojos han perdido brillo. Se dejan caer y tras diversos giros, sus cuerpos quedan suspendidos cerca del suelo, inmóviles y con gestos de terror en la cara… menos Sonia, cuya expresión es plácida y relajada.
Nota: Inspirado en el espectáculo RAIN, interpretado por Cirque Éloize, de donde proceden las fotos.
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Una vez vio en la televisión a un escritor, del que solía leer y releer sus libros, y resultó ser, además, cazador. Odiaba a los cazadores; así que dejó de leerlo. También le resultaba difícil abstraerse de la vida de un músico al escucharlo, si le conocía personalmente. Quizá era mejor no conocerlo, y trataba de imaginarse cómo eran esas sensaciones para una persona normal y corriente; si la decepción era tan grande como para bajar definitivamente de su pedestal al artista.
Era artista de circo. Hoy en día se había logrado incluir en el saco de los artistas al artista de circo; tenían que moverse con la soltura de una bailarina y sus gestos eran muy estudiados, acompañados de música y movimientos acordes con la melodía, como la gimnasia rítmica o el patinaje artístico. Empezó con el trapecio, pero ahora solo lo utilizaba para practicar movimientos y reflejos en altura; su número lo compartía con dos compañeras de la misma estatura y peso y consistía en trepar por una ancha cinta y ejercitar movimientos enredándose con la tela, hacer nudos especiales y dejarse caer hasta quedar colgadas por la cintura a un metro escaso del suelo, volver subir, giros, figuras…
Antonio es su marido y su representante, además de representar temporalmente a las otras dos chicas junto a las cuales ejecuta el ejercicio. Fue un gran artista hasta sufrir un accidente que le dejó medio dormido un brazo, pero lejos de traumatizarse se dedicó al entrenamiento de artistas y a representarlas. De esa manera, nunca abandonó el espectáculo, y parecía feliz.
Ese día Sonia parecía resuelta a tomar una decisión importante; se la veía pensativa pero decidida, y solo la faltaba encontrar el momento adecuado. Faltaban pocos minutos para comenzar su actuación en un teatro local y regresaba de la sala de maquillaje; su marido salía en ese momento del camerino de una de sus compañeras y se miraron, sonrieron y entraron en el camerino de Sonia.
- ¿Hiciste el zumo? – preguntó Antonio.- Si, está en la nevera.
Antonio abre la nevera y saca de ella una jarra con zumo, llena tres vasos altos y los coloca en una bandeja. Cuando va a salir del camerino, Sonia le pregunta:
- Antonio, ¿me quieres?
- ¡Claro! – responde Antonio haciéndose el sorprendido- ¿Qué pregunta es esa?
- Y a las otras, ¿También las quieres?
- Vamos; deja eso de una vez y prepárate. Falta poco.
Con gesto de fastidio sale del camerino y deja la bandeja en una mesita cerca del lugar por donde saldrán las chicas al escenario. El zumo lo toman para hidratarse justo antes de la función, y esto forma parte de la rutina habitual. Las chicas salen de su camerino y se acercan a la mesita; cada una de ellas coge un vaso y lo beben, incluso una de ellas hace un gesto de aprobación por el buen sabor conseguido en el zumo. Se limpian los labios y salen al escenario.
El telón está aún bajado ya que el espectáculo comienza con las chicas ya subidas a unos siete metros de altura. Trepan por las cintas, se enrollan en ellas y preparan los nudos que las sujetarán cerca del suelo. Cuando están listas, hacen una seña para que comience la música y suban el telón, y es en ese momento cuando las dos chicas se miran con una mano en el vientre y observan asustadas a Sonia ; ella sonríe, aunque su estómago también se contrae y sus ojos han perdido brillo. Se dejan caer y tras diversos giros, sus cuerpos quedan suspendidos cerca del suelo, inmóviles y con gestos de terror en la cara… menos Sonia, cuya expresión es plácida y relajada.
Nota: Inspirado en el espectáculo RAIN, interpretado por Cirque Éloize, de donde proceden las fotos.
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Hola Tito.Como ves,ya estoy aquí...
ResponderEliminarImpresionante relato.
Da la sensación de que al fin Sonia no era todo lo feliz que debería y la muerte ha sido la salida o la puerta hacia la felicidad ansiada...
Triste final para los que la contemplan,aunque no para ella...
Intenso sin duda.
Besos.
Un buen final, fuerte, de los que me gustan je. Me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato impecable, lo que pueden lograr los celos! te llevan hacer despiadado y a caer en lo mas bajo! buen final. Besos
ResponderEliminarUn gran relato. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludete
y si la vida es espectáculo...me encantó!
ResponderEliminarUn abrazo
Qué buen relato!! Bien narrado y con un final a toda orquesta!! Y me pongo reiterativo, cómo me gusta lo que escribís, Tito, sos un grande!!
ResponderEliminarUN BESO ENORME!!!!!!!!!
Me has dejado helada...pero ¿por qué me sorprende que seas tan bueno escribiendo? Un relato precioso Tito Carlos. ¡Qué difícil ocultar el dolor tras un maquillaje!..y es algo que está a la orden del día. Besos y gracias por escribir cosas tan bellas.
ResponderEliminar¡Que buen relato!Que malos son los celos, a lo que llevan; por curiosidad ¿eran infundados?
ResponderEliminarLa vida deja de tener sentido en tu entorno, y algunos solo ven esa salida, en vez de buscar el cambio.
ResponderEliminarDe paso, fastidias a aquel que te ha fastidiado. Demasiado cruel, pero así es esta historia.
Gracias Marinel, por tu visita y comentario.
Andrea, ya sabes como me gustan las historias; ¿como a ti?
Kuoremio, Efectivamente, la historia trata del colmo de los celos.
Chache, gracias.
Claudia Isabel, es un gran espectáculo, con números maravillosos, y otros no tanto.
Stanley: tu como siempre, ¡si estoy aprendiendo de ti!
Winnie, si, a veces nos escondemos tras maquillaje, y otras preparamos un escaparate que no concuerda con lo que hay detrás.
Gracias a todos,
Maria Jesus, hay cosas que dejo en el aire, para que el lector desarrolle la historia colateral. Me gusta que lo dudes...
ResponderEliminarUn beso,
Como me gusta ese final medio abierto, medio cerrado que dejas.
ResponderEliminarLo triste es que la realidad siempre supera la ficción.
Siempre que existen sospechas infundadas suelen ser problemas de baja autoestima, etc.Lo malo es que casi siempre las sospechas son fundadas,ja,ja,aunque esa no sea la salida.
IBE, creo que hay una mezcla debido a su duda; su baja autoestima la hace suicidarse, y la posible certeza hace matar a las otras dos. Es un cruel castigo, sobretodo, para él.
ResponderEliminarGracias por pasar y comentar
un beso,
Gracias Tito, sos un ángel. Pero no creas que los premios me impiden escribir. Yo solamente posteo los miércoles, el resto de la semana lo dejo para visitar a todos los blogs y poder comentar y además para darle tiempo a todos los que quieran leerme.
ResponderEliminarTe agradezco nuevamente.
BESOS
^-^♥ ¡Muuuy chulo todo! "por qué hay personas que endiosan a los artistas, cuando en realidad son seres humanos..." ¿? no entiendo :-/ Ke bueno de Sonia no tiene terror, sino ke se relaja. ¡Encantador! ¡Gracias por tooodo Preciosidad! ♥^-^
ResponderEliminarQue hariamos a veces sin una buena capa de maquillaje?...me ha gustado mucho este relato tuyo navegante!.
ResponderEliminarHay que tener cuidado con lo que se bebe, jejejeje
ResponderEliminarMuy buena, Fenomenal
Nos Leemos
Odi, a veces encumbramos a las personas, las divinizamos, y olvidamos su lado humano, que es lo que lo mantiene.
ResponderEliminararena, por si hay maquillaje, rascamos para ver que hay debajo.
Gracias por venir. Un beso,
Halatriste, seguiremos visitándonos, y bebe sin miedo si no te sientes culpable de nada...
Un abrazo
¿Entiendes por qué me apasiona ser psicóloga? Con evitar que una sonia llegue a esto me basta... y hay muchas, y muchos, más de los que vemos a primera vista.
ResponderEliminarUn relato grandioso.
Un beso
Mariana, nunca lo había pensado; si mis personajes van a tiempo al psicólogo mis historias no existirían o todas tendrían final feliz. ¿si?
ResponderEliminarUn bonito relato donde los celos, protagonista de muchas de las más apasionantes historias, llevan al personaje a la desesperación y la locura.
ResponderEliminarGracias por visitarme.
Un saludo
Tito, lo ideal sería que esto suceda más en tus relatos y menos en la realidad, no me he especializado en atención a personajes de ficción, y Dios me libre de hacerlo!!!, jamás haría nada que afecte a tu creatividad, disfruto mucho de tus cuentos.
ResponderEliminarUn besote
PD: Leí tu comentario en la entrada "cuarenta" de Andrea, te he dejado una respuesta.
Otro besote
¡¡¡Uf!!! Me he quedado0 de piedra tras leer tu relato. En las vacaciones de Navidad me invitaron a ver el último espectáculo del Circo del Sol, y en algunos momentos la emoción me llevó al borde de las lágrimas. También hubo momentos en que sentí miedo, como el que he sentido ahora leyéndote. Has conseguido transmitirme esa sensación. Un abrazo, Tito.
ResponderEliminarun relato escepcional de los que hacen afición. Un abrazo ns leemos
ResponderEliminarTitoCarlos, tienes una narración que fluye con mucha naturalidad, cuentas las inquietudes de la artista con la misma frescura con la que cuentas su ritual de maquillaje o su preparativo antes de salir a pista, con ello logras un equilibrio en todo el texto que dota al final de mucho más impacto.
ResponderEliminarUna ambientación estupenda que nos prepara para un final impactante, y sin embargo, abierto a interpretaciones.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Milagros, de eso quería que tratara, de celos, pero igual me he pasado....
ResponderEliminarGracias
Cristal, me inspiró un grupo francés de circo; los de las fotos. Lo pondré como posdata al final del relato.
Jorge, gracias por venir. Nos seguiremos leyendo.
Maribel, si he logrado lo que dices que sientes, mi relato es un éxito; era lo que buscaba...
Un beso y gracias
Lola, es una de mis intenciones; que los lectores os imaginéis todas las historias colaterales que se puedan inventar, y nos las contamos...
Ya te echaba de menos. Un beso,
Mariana, entonces continuaré con estos personajes tan necesitados de tí, pero sin tu ayuda, claro.
Un besazo.
Los celos son jodidos. La vida esta llena de historias como esta
ResponderEliminarA Sonia no le importa su vida, es mejor hacer sufrir al amado.
ResponderEliminarDichosos celos.
Un saludo
Pasate por el blog.., que hay una cosa para tí..
ResponderEliminarUn abrazo!
- La vida es un escenario adonde cada actor hace su espectaculo. Un abrazo. Ade
ResponderEliminarUlises, Así es, una cruel venganza.
ResponderEliminarAde, a veces es mejor rechazar el papel que te toca representar.
Nunca dejes de sonreir, ahora mismo paso por tu blog, un beso,
Creo que esos momentos creativos, son para manifestarse sin estress alguno.
ResponderEliminarPero la maquillista tiene estress, de maquillar mal, el actor a veces sufre de sus estress en las tablas, el del audio tiene estress de perder el sonido, y asi sucesivamente, debe ser un momento en donde el arte fluya sin estress, sin tanto ronroneo, sin tanto formalismo, al natural.
saludos.
Gracias Tito, qué hermoso comentario me dejaste, siempre tan amable y encantador.
ResponderEliminarBESOS
Muy bueno el relato Tito Carlos, pasaré mas a menudo a visitarte. Un beso
ResponderEliminarjoer, he visto el anuncio de este espéctaculo en la Gran Vía el otro día...¡Espero que no asesinen a dos chicas cada día en el espectáculo! jaajja
ResponderEliminarDios, el amor, la pasión , los celos... Parece que elo que mueve al mundo ...¡Y al crimen! Que terrible.
Lo que si que tienes razon en que ahora que hay esa polémica con la Medalla del Arte a un torero, quizás había que tb. reivindicar esa medalla para los artistas del circo.
Bezos
Tambien siento que un artista tiene que tener algo de misterio, y así misteriosamente viven y mueren muchos.
ResponderEliminarEstupendo relato que nos muestra que la infelicidad no es exclusiva de nadie.
Un beso.
es muy bello este relato, me ha gustado, la verdad es que los celos hacen mucho y nadie sabe de lo que realmente somos capaces, te felicito.
ResponderEliminarbesoss
Cómo se puede cegar uno tanto que no ve más salidas que acabar con todo? Un relato espeluznante y duro, pero muy real.
ResponderEliminarMe gusta como dejas paso a diversas incógnitas, invitando al lector a participar :)
Besos, niño
Isabel, gracias por venir. Te visito otra vez enseguida.
ResponderEliminarThiago, pero que las medallas no tengan que ser póstumas!
Lys, este mal no es de altura, se da en todos los niveles
Arwen, ya sabes que tus comentarios me sirven de mucho. Gracias y suerte (que la tendrás)
DianNa, efectivamente es así como disfruto; finales impactantes y con diversas conclusiones, las que da cada lector.
ResponderEliminarUn besazo
Que malos son los celos que no dejan ver que hay muchas salidas y no llevarse por delante al que la fastidia y a ella que ya no le importa nada su vida....
ResponderEliminarPor cierto Tito sublime, me dejas cada vez con mas ganas de leer tu proximo relato.
Con cariño
Mari
Un relato crudo y áspero pero que gusta leerlo porque invita a reflexionar, me ha gustado bastante, saludos.
ResponderEliminarIsla, las tres artistas de mi historia están tranquilas. Para quien lo preparó, el espectáculo fue perfecto.
ResponderEliminarGracias por venir, un abrazo.
estoy_viva, gracias por tus halagos
zinquirilla, me gusta que reflexionéis, se amplían las expectativas.
Es lo que faltaba para el duro, que a "mi tito Carlos" le guste "mi" House y además has clavado el comentario. Eres después de House...mi idolo en la blogosfera...¡me encanta que te guste". Besos
ResponderEliminarUn final espectacular, como las acrobacias que suelen hacer suspendidas en el aire. Un gran relato :)
ResponderEliminarUn abrazo
Winnie, supongo que puedo decir 'mi sobrinita Winnie' ¿no?
ResponderEliminarUn besazo,
Mari Carmen,gracias, muchas gracias.
Me añado, me uno y te sigo [...]
ResponderEliminar"Quizás Sonia solo quiere tatuarse un pintalabios rojo puta en la boca y salir de copas algún que otro viernes del mes"
Me encantó xD
Un saludo desde CANTABRIA
BEN-HUR, gracias por pasar por aquí, nos leemos.
ResponderEliminarun abrazo
Muchas gracias por tu compañia y por tus palabras...un saludo enorme navegante!.
ResponderEliminarUna historia preciosa! y mas aun las fotos.. felicidades!
ResponderEliminararena y Siab-MiprincesitaAzul, Gracias por vuestra visita; nos leeremos
ResponderEliminarHola Tito, paso a saludarte y agradecerte unirte en Tao-Sai. Un placer tenerte cerca, intentare pasarme a leerte cuando pueda...! vi mi corazon por ahí...!, y aquí me tienes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. marcos
Hola Tito, paso a darte las gracias por haber pasado por mi espacio. Espero seguir leyendote.
ResponderEliminarReferente al post, todos los que de una u otra manera suben a las tablas a entregar arte, se transforman, dejando toda su vida en el camarin,entregando al público por lo que ellos pagaron, un espectaculo, sin tener que saber nada de la intimidad de los actores.
Desde Chile un gran abrazo
Luzma
Un relato que daría para una novela. La vida es a veces amarga y otras no. Y como la vida es espectáculo, ¡¡pasen y vean señores, el mayor espectáculo del mundo: La vida!!!
ResponderEliminarSaludos desde La ventana de los sueños, blog literario.
¡¡Impresionante!! Estoy encantada con haberte encontrado. Ves? el amor se puede vivir de tantas formas... incluso cuando los celos están por medio sigue siendo una forma de amar..(y de matar).
ResponderEliminarBesos enormes un placer
Hola, vengo de donde Andrea, y leyéndote ahi me dió la curiosidad y aquí me tienes.
ResponderEliminarY bueno, no me he equivocado..;-)
Me quedé helada con tu entrada, si bien es cierto lo "presentía" no me lo esperé!
A veces las emociones "nos secuestran" y nos sacan de nuestra paz...
Felicidades!!
...y ha sido todo un placer!
Ali
Marta, tu cuñi.
ResponderEliminarA mí lo que más me dolería en una infidelidad es que encima me tomaran por tonta:"bueno, bueno qué cosas dices....tu estás loca".
Yo habría preparado cuatro zumitos.